sábado, 2 de abril de 2016

River jugó mal, punto


Otra vez. Sí. Otra vez perdimos.
¿Cómo puede ser? Si veníamos tan bien. Veníamos ganando todo. Veníamos arrasando en todas las competencias y ahora quedamos afuera del torneo.
Bueno, bueno. Tienen razón, la segunda mitad del 2015 no fue buena tampoco. Pero nos desarmaron el equipo. Se fueron jugadores claves, lo sé. ¿Ahora qué hacemos? Porque tenemos que hacer algo, eso está claro. Vamos a tener que seguir bancando al equipo. ¿Y al técnico? ¿Qué hacemos con Napoleón? Yo lo sigo a donde sea que vaya. Se equivocó un par de veces con los cambios, trajo jugadores que siguen adaptándose hace más de un año y eso es inaceptable, pero eso no oscurece todo lo bueno que consiguió con el grupo desarmado. Yo lo banco. Había que reemplazar a Ramón. Alguien tenía que ponerse en ese lugar y cumplir las expectativas del hincha. Y pudo hacerlo. Ramón Díaz le dio un grupo adaptado y supo manejarlo. Puedo nombrar varios técnicos que chocaron el bondi lleno de figuras, y no, no estoy haciendo alusión a lo que le pasó al Globo. Gallardo se puso el trajecito y salió a embarrarse junto al grupo.
Ahora bien, los jugadores. Lindo tema ese. Hay que ponerle sangre a los partidos, muchachos. No tenemos que meternos en el tema sueldo porque no sabemos nada al respecto. Ya se habló hasta el cansancio de lo que cobran los jugadores. No creo que la razón del mal juego sea esa. Pero sí hay una realidad, el equipo se quedo sin referentes. El equipo no tiene un guía que asome la cabeza y diga este es el camino, vamos por acá. Muchos esperan que el cabezón haga magia y solucione las falencias del grupo entero. Malas noticias, no es mago. No va a hacer magia. No tiene tal poder y hasta ahora, no demostró ser muy distinto. En Brasil habrá sido un Dios para los aficionados, claro que sí, habrá marcado los goles más lindos que hayan visto en mucho tiempo -quizás no tengan ESPN y no puedan ver jugar a Leo Messi- pero eso no significa que vaya a hacerlo en Argentina. En fin, hay cierta responsabilidad en los jugadores. Quizás el problema esté en sus mentes. Sus preocupaciones o presiones pueden hacer estragos en su rendimiento. Y a este punto quería llegar. Si bien todos los jugadores son distintos, muchos reaccionan de la misma manera cuando hay una injusticia. Muchos reaccionan del mismo modo cuando se les cobra un penal inexistente y la conversión del gol los deja en desventaja. ¿Cuánta responsabilidad hay en los árbitros? ¿Cuántos partidos más van a pasar hasta que se den cuenta de lo que provocan las equivocaciones de los árbitros?
Hoy jugó muy mal River. No hay excusas. Muchos jugaron incorrectamente, otros peor. Augusto Batalla tuvo apariciones claves que le dieron tiempo al equipo de revertir la situación, pero no pasó nada. No reaccionaron. Entonces, cobrar un penal que no existe, es una guachada. Lo único que hace es poner a la defensiva a once jugadores que esperan que otra injusticia suceda en cualquier momento. Hay veces que los jugadores buscan alguna otra falta para poder discutir con el juez e intentar entender por qué es tan injusto con ellos. No es bueno para nadie. Tienen que empezar a rever algunas cosas con respecto al reglamento y a estos señores que tienen el poder de cambiar el estado de ánimo con un simple silbato. El arbitraje de hoy es anecdótico. En unas semanas nos olvidaremos y pensaremos solamente en la Copa Libertadores pero ¿por qué tiene que ser así? El año pasado hubo un robo sensacional en la final de la Copa Argentina y Ceballos tuvo su merecido. No perdió el trabajo, por suerte, pero sí dejó de dirigir en primera división. Todos sabemos que los arbitrajes son parciales. Todos sabemos que hay jueces que alientan a los jugadores y son exclusivamente improcedentes con ciertos escudos. No hay que investigar mucho. Le estamos dejando algo tan importante para los jugadores como lo es su estado de ánimo a gente que no tiene en cuenta que un error puede cambiar el destino de un partido o de un torneo. No hay que dejar que esto siga sucediendo.
La culpa no siempre la tiene el otro, es cierto. Y, nuevamente, River jugó mal. River está jugando pésimo hace semanas pero no nos tenemos que quedar solamente con ese factor. Hay muchas variables que deben ser tenidas en cuenta a la hora de analizar un resultado. No hay que ser exitistas tampoco. Muchas veces se juega mal y se gana por pura suerte. Ahí también hay que ver qué se puede hacer. En este caso, el técnico hará lo que crea necesario y cambiará lo que crea que tenga que cambiar. Lamentablemente, los individuos a cargo de la ley en los encuentros son siempre los mismos. Injusticias hay en todos lados, depende de nosotros que no sigan sucediendo.